Mejores momentos año 2016

Publicado con un retraso de más de 9 meses, pero aún con la pertinencia de ser un gran año. Aquí va la recopilación añeja pero intacta de los mejores momentos del año 2016. 

El año en el que Trump fue elegido presidente, en el que la economía se enredó como siempre, en el que murieron David Bowie, Prince y Leonard Cohen, en el que el NO ganó en el referendo y en el que ocurrió el Brexit, ha sido uno de los más intensos para la humanidad entera.

Evidentemente, mi 2016 no fue la excepción y fue un año lleno de emociones fuertes, momentos dramáticos, alegrías, tristezas, fiestas y noches de soledad. Aún no sé qué pensar de este año que se me hizo eterno, en el que los cambios fueron la constante y la calma estuvo ausente. Fui feliz, fui triste, fui millonaria, fui robada y fui sobre todo diferente.

Siento que de alguna manera he cambiado en algunos asuntos que me tuvieron atascada en el 2015 y de ideas extrañas en mi cabeza que no me dejaban crecer. Siento que muchas de esas ideas han desaparecido y que, aunque me falta muchísimo por aprender, he aprendido a ser feliz cómo soy.

En el 2017 me propongo actualizar más mi blog, ser más positiva e intentar no ser tan dura conmigo misma. Intentar reconocer más mis méritos y evitar dejarme llevar por ideas raras y trágicas. Cosa complicada, pero haré el esfuerzo. También quiero hacer el esfuerzo de hacer más ejercicio (porque ya no soy ninguna adolescente), leer más y volver a la música de alguna manera.

Pero, mientras eso ocurre, quiero recopilar un listado de los mejores momentos de este año.

• Empezar el año en Turquía, en Estambul y reconfirmar lo grande que es el mundo. Era asombroso para mí estar en un planeta donde todo es en turco, un idioma con el que no tengo ninguna familiaridad y con el que es difícil asociar un significado a cualquier cosa que digan. Todo suena a nada. Las mezquitas, la nieve, las artesanías, las especias y la deliciosa comida hicieron que este viaje fuera inolvidable y engordador. 
• Mis clases de dibujo me hicieron muy feliz. Era una terapia con lápiz y papel para mí, con buena música de fondo y un break lleno de comida. 
• Los conciertos: aunque en Europa he tenido que ser más selectiva con los conciertos a los que asisto, no he dejado atrás este maravilloso hábito. Vi en París a Muse y a Jamie XX, vi a Coldplay en Barcelona y en Hamburgo pude disfrutar de Mashroua Leila, Yann Tiersen, Crystal Castles y Crystal Fighters (los dos últimos fueron en la misma semana). Inclusive, estando en Alemania pude ver a los Gaiteros de San Jacinto, un concierto bastante folclórico en medio de este ambiente europeo. Pero el mejor sin duda alguna fue el de Radiohead en Berlín, mi banda favorita de todos los tiempos (aunque su último álbum me tiene un poco decepcionada). Donde hay música (de la buena) hay felicidad. 
• Viajes: este año intenté viajar y conocer lo que más pude. Aunque por tiempo o dinero no siempre se puede, hice lo posible por visitar lugares que me gustan. Fui de nuevo a Barcelona, Ámsterdan y Bruselas, estuve varias veces en Berlín, conocí Lyon, Montpellier, Múnich y hasta Nuremberg a las 3 de la mañana. Se lleva la mención de honor mi ida al Oktoberfest en un viaje con planeación nula y poco sentido común: la mejor-peor idea del año.
• Mi visita a Frankfurt por cuenta de un proyecto de la universidad, con vuelos pagos y con un buen resultado fue un momento feliz que me llenó de orgullo. 
• Mi mudanza a Hamburgo ha sido uno de los acontecimientos que más feliz me ha hecho. Como siempre, fue caótica y llena de maletas, pero al final todo salió bien. Esta ha sido una de las ciudades que más me ha gustado, siento que podría vivir aquí para siempre y ser muy feliz. En Hamburgo he disfrutado no solo de los lugares, sino también de la buena compañía de muchas personas que pude conocer y con las que he compartido de todo. A veces pareciera con algunos que los conociera de toda la vida. 
• Tener la visita de mi papá fue uno de los sucesos más felices del año. Para alguien que hasta hace algunos años se rehusaba a tomar un avión “por allá tan lejos”, fue bastante sorpresiva su visita. Lo más lindo fue enseñarle los lugares donde he vivido, mis amigos y mi vida en Alemania. También fue lindo poder pasear con él y con Olga y celebrar su cumpleaños número 60. 
• Empecé mi práctica en Hamburgo en junio y terminé a finales de noviembre. Fui muy afortunada por poder contar con un equipo divertido, con el que tuve almuerzos para morirse de la felicidad, en los que reí hasta que el estómago me doliera. 
• Terminar mi tesis y obtener mi título de la maestría me hizo muy feliz. La tesis requirió un trabajo arduo y la nota, que fue muchísimo mejor de lo que esperaba me hizo muy feliz. Sólo es un número, pero me puso a pensar sobre una posible vocación en el área de la investigación. También poder viajar para mi grado y estar con mis compañeros del Master fue muy chévere, a pesar del incidente con mi maleta gracias a Lufthansa. 
• Las visitas a Hamburgo me hicieron muy feliz. Mostrar esta ciudad a gente que vino de lejos y de cerca, fue un verdadero privilegio y un motivo más para sonreír. 
• El día que me robaron mi celular en Hamburgo, el incidente tuvo un final inesperado. Quien protagoniza esta historia no sabe mucho de mí ni entiende por qué fue tan importante ese día, pero implicó dejar atrás algunos complejos que estaban obstaculizando mi felicidad. Fue un día para no olvidar. 
• El día que mi primer roommate racista enloqueció fue un momento para temer por mi vida. Pero lo más chévere fue que para huir de mi hogar, conté con más apoyo del esperado. 
• La navidad en Toulouse y el fin de año en Hamburgo fueron increíbles. En navidad, además de estar cerca de mi hermana , pasé todo el tiempo dialogando con una familia francesa, quienes me brindaron su hospitalidad como si los conociera de toda la vida. Y en año nuevo me fui a una fiesta como nunca lo había hecho. Sé que la noche de la fiesta no fue en realidad y objetivamente buena, pero la pasé tan bien. Fue para mí la gran despedida de las noches de rumba épicas de Hamburgo.