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El cielo de Susie

Susie duró 17 años en esta tierra y cada uno de ellos estuvo lleno de momentos de felicidad; excepto por las veces que Susie debía ir al veterinario, a la peluquería o a la guardería. Allí la embargaba una sensación tremenda de soledad y de abandono.Cuando sus papás regresaban ella les reclamaba con fuerza y ladridos estridentes "¿Por qué me dejaron? ¿Cuándo iban a venir por mí?”. Cada segundo en esos lugares, que además conocía muy bien y percibía a metros, eran una eternidad para ella. Pero, Susie perdonaba rápido. Volvía instantánamente al hábito de ronronear de felicidad, de saltar, de caminar rápidamente cuando algo le emocionaba y de batir su muy pequeña cola, que era un capullo redondo lleno de amor y cariño, como el que siempre tuvo para su familia. El cielo de Susie probablemente está lleno de arroz, de pollo, de carne, de un pedazo de pan y de muchos granitos. El cielo de Susie seguramente suena a las canciones inventadas que entonaba su mamá a diario cuando la saludaba,

Últimas veces

Con gran afán te busqué esa noche. Llegué al lugar refundido donde estabas con la plena certeza que debía despedirme, aunque no sabía por qué. Podría decirte que tuve un pálpito de tía rezandera, pero la verdad es que tengo un afán constante por no dejar de vivir. Soy una fiel creyente que uno nunca sabe cuándo serán las últimas veces de vivir algo o ver a alguien. Asumo que todas las veces son las últimas y si sigue algo más, me sorprendo. Es mejor no esmerarse por numerar un momento o por asignarle una frecuencia. Te abracé antes de irme y me dijiste "Te quiero". Podría pensar que es la última vez, pero pensaré en cambio que es la primera.

Las montañas

Antes de todo esto, no había notado la ventana de mi sala. Pasaba por ahí todos los días sin fijarme en lo que ella contiene: un balcón donde solo hay ropa colgada, un patio donde veo nada más un único par de chanclas y otra ventana desde la que siempre se asoma un cirio encendido, no importa la hora del día. Más allá están las montañas y en medio de ellas se forma una especie de "m" dentro de la que siempre cae el sol: lo que se ve parece una piscina de luz solar. Alrededor de las montañas hay casitas de colores que escalan y rodean la piscina de luz, pero jamás se zambullen en ella. Por estos días pienso en todos esos afanes que solía tener antes del encierro. Algunos seguro valían la pena, pero otros podrían haber sido omitidos. Pienso además, en todas aquellas veces que pudieron o no, ser la última vez. Ahora todos los días que vivo, parecen estar también llenos de primeras veces. Quisiera encontrar alguna oración rebuscada que describa lo que siento o alguna frase

2019

El 2019 fue un año bastante complicado. El año en el que conocí de frente la depresión, en el que viví en carne propia deseos de auto destrucción para evadir la realidad y en el que me sentí más sola que nunca frente a injusticias que viví y me llenaban de impotencia. También tuve un par de rupturas muy fuertes con antiguas conexiones que sencillamente ya no existen. Tuvo un inicio estrepitoso, un intermedio tormentoso y un final que ahora abre caminos hacia nuevas posibilidades. Creo que ha sido uno de los años más transformadores en mi vida y aun me siento algo confundida por todo lo que he vivido. Y como lo solía hacer, tengo un pequeño recuento de buenos momentos de este año: El paseo a Minca con mi hermana y con Jenn Mi viaje a Sapzurro con mi hermoso roommate y cuasi hermano Tomás La mejor fiesta del año, marzo 22, el día del cumpleaños de Mayra (pero sin Mayra, ella no alcanzó a ir a la fiesta) Anapoima, parte 1 (Club 96, cumpleaños de Tomás) y parte 2 (mi gran evento cu

Lo que aprendí de la depresión

Hace ya casi dos años que regresé y al estar de nuevo en mi (no tan) adorado país, me enfrenté a una extraña sensación que no había vivido. Una extraña tristeza que parecía no querer irse y que a ratos parecía más que una "simple tristeza" o un "mal momento". Lo que me diagnosticó la terapeuta que consulté (exhortada por otros por supuesto) fue una "depresión moderada". Y si eso que yo sentía, ese desazón y desasosiego era "moderado" no quiero ni pensar cómo será para aquellos que es crónico o fuerte. Así que luego ya de haber vivido esta etapa y aún seguir en tratamiento porque esa vaina cómo que no se va así de fácil, he tenido un poco de perspectiva. Antes de vivir esto, era difícil entender lo que era realmente estar deprimido. Y creo que no es necesario vivir nada de esto: nos falta empatía alrededor del tema y divulgación para desmitificarlo. Alrededor de la depresión existen varios estigmas que duran y perduran, pero solo hacen mucho dañ

Límites

"Si para todo hay término y hay tasa  y última vez y nunca más y olvido  ¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,  sin saberlo, nos hemos despedido?" - Límites, Borges Me obsesionan los temas que tienen que ver con la nostalgia. Creo que rara vez nos detenemos a apreciar lo chévere que es un momento y cuando nos damos cuenta, ya se ha acabado. Es ahí cuando entra la nostalgia. Memorabilia.  Por estos días de reencuentros, he recordado lo feliz que fui durante mis ocho meses en Hamburgo. No fui yo sola la que pensó eso. Quienes estuvieron allí conmigo ahí también lo sienten. A todos nos costó entender que esa maravillosa época se había acabado y cada uno a su manera hizo su duelo para entender que una era ya había terminado. Una etapa feliz acabó para darle paso a una más incierta. Ni buena ni mala, solo quizás diferente.  En el reencuentro, hablamos de lo incomprendidos que nos sentimos a regresar a nuestros entornos anteriores y lo difícil que fue asumir tan

Maternidad

Hay algo en el estar cerca a la madre de uno que no se compara con nada. El estar cerca a la mamá le da a las más pequeñas y grandes criaturas una sensación de seguridad, comodidad y serenidad que no se consigue en ningún otro lugar. Y aunque muchas veces hay diferencias, la sensación de siempre ser comprendidos por nuestras madres supera cualquier cosa. No hay quizás ninguna otra persona que pueda entender tanto a otro como una madre a su hijo, o al menos no de la misma manera. Por estos días luego de una cirugía inesperada, mi mamá vino a visitarme y a cuidarme, algo que realmente no pasaba hace muchos años, quizás más de diez. A su lado sentí ese confort, seguridad y serenidad de la que hablaba y que creo difícilmente encontraré en otras personas.  También mientras hacíamos nuestras tranquilas caminatas por el parque de mi casa, ya unos días luego de la parte más álgida de mi recuperación, veía en sus ojos la inmensa ternura que está dentro de ella. Le llamaban la atención l