El "mejor español"

El idioma español en realidad no se llama así. Se llama castellano. Sin embargo, durante años y años he dicho español. Rara vez he dicho castellano a menos que sea para propósitos académicos o porque alguien me corrige.

Dice la historia que el español nació en la mítica región de Castilla, en España, cuyos límites son difusos y desconocidos hasta el día de hoy, pero de que existía, existía. Proviene del latín y forma parte de las lenguas romances, dentro de las que están el italiano, francés, catalán y portugués, entre otras. Luego de siglos, evolucionó a lo que hoy se conoce como castellano y/o español.

Gracias a la mal llamada conquista (eufemismo para genocidio masivo de indígenas) el español se impuso a la fuerza en prácticamente toda América, con contadas excepciones. Por eso, no es sorprendente que sea el segundo idioma más hablado del mundo, seguido del mandarín, y que sea la lengua oficial en al menos 19 países, una gran parte de ellos localizados en América Latina.

Yo hablo español, lo he hablado desde que era niña y mis pensamientos más profundos y primitivos vienen de manera predeterminada en español. Más adelante aprendí inglés y tengo algunas nociones básicas (muy básicas) de alemán y francés, pero siento al español más cercano y auténtico que nunca. A pesar del poco conocimiento que tengo de otros idiomas, definitivamente no hay otro lenguaje donde sea más sabroso alabar, halagar, insultar, expresar alegría, entusiasmo, ira, indignación, amor, afecto, amistad, ebriedad o cualquier otra emoción, que no sea en español.

Pero soy de la costa norte de Colombia, entonces mi acento puede resultar complicado y diferente porque a veces no termino las palabras, abrevio ciertas frases, mis "eses" suenan como una jota y tengo millones de dichos y modismos para todo. Ese español, lleno de expresiones y frases propias, esas que dan risa y picardía al solo escucharlas, es el español que quiero mantener, porque las siento como parte de mi identidad.

Aunque nací y viví la mayor parte de mi vida en la costa norte de Colombia, en Barranquilla para ser más exactos, mis padres son de Bucaramanga, otra región del país al oriente con un acento totalmente distinto al mío, quizás más distante y tosco que el siempre hospitalario y folclórico acento costeño. Mis últimos seis años en Colombia los viví en Bogotá, donde mi velocidad al hablar tuvo que ser ralentizada por motivos de comprensión y ocasionalmente vivía uno que otro malentendido por mi manera poco diplomática de expresarme. Aunque para ser sincera, dada mi naturaleza, sería poco diplomática en cualquier idioma.

Luego de llevar ya seis meses en Francia, he estado cerca de muchas más formas del español de las que escuchaba en mi país. Y sin embargo, me he tropezado con algunos comentarios de compatriotas y foráneos hispanohablantes que insisten, quizás a manera de broma o quizás en serio, que el español que ellos hablan es el "mejor", la forma "más pura" o el "más fácil de entender".

Respeto la existencia de los muchos acentos que existen en todo el mundo y me da mucha pereza intentar imitarlos o hablar de otra forma que no sea como hablo yo. Detestaría, además, que alguien solo por querer encajar en ese inverosímil estereotipo del "español verdadero"o el "mejor español" se rehusara a hablar como realmente desea hacerlo: con su acento típico, propio y autóctono.

El acento y dialecto forman parte también de la idiosincrasia de cada quien y por eso, no hay mejor idiosincrasia, ni tampoco existe esa ridícula forma del llamado "mejor español". El mejor español es el que cada quien habla con sus propias palabras y con toda su honestidad, sin pamplinas ni triquiñuelas ni dobles intenciones. El mejor español es ese que es tan auténtico y propio, que da gusto intentar entenderlo, aunque a veces suene algo críptico por la forma en que se dice o se usa cierto vocablo.

El mejor español es el que cada quien heredó de sus padres, ancestros y de su entorno. El que nadie trata de copiar y sencillamente lo habla como le nace, como le viene en gana. El mejor español es el que sale directo del corazón para contarle al mundo sin películas ni filtros todo lo que sentimos. No existe el mejor español amigo mío. Porque si existiera una sola forma de español la mitad de la amplia variedad y flexibilidad de nuestro idioma se perdería en parámetros aburridos y uniformados.

Que bueno es que no exista un solo español, porque gracias a nuestra lengua nativa podemos disfrutar de la amplia diversidad del mundo que nos rodea sin tener por obligación que aprender un nuevo idioma.

Comentarios

  1. Muy lindo articulo! Sin lugar a dudas, lo que enriquece al español (castellano) -y en mi caso particular es de lo que más disfruto- es la gran variedad de tonadas, formas de expresar y muletillas que existen en las regiones en que este idioma se habla. Supongo que al ser Colombiana haz escuchado "Qué dificil es hablar el español" de Intentalo Carito. Es un hermosa canción, graciosa por cierto, pero que presenta en forma breve toda esta gran diversidad :)
    Saludos!

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  2. Los acentos me acercan a las culturas. Disfruto cada momento de poder compartir con personas que tengan un acento diferente al mio. Por ejemplo hablar con una persona de la costa norte de Colombia, me recuerda al mar, a sus playas y a los increíbles atardeceres del mar caribe. Lo mismo me pasa con una persona de Medellin, Cali, Pasto, Boyacà. También disfruto los acentos internacionales, por ejemplo, el mexicano, venezolano, chileno, español (España), no conozco la gran mayoría de estos países, puedo decir que ninguno de los que acabo de mencionar, pero cada ve que hablo por ejemplo, con un mexicano me teletransporto a su cultura y a lo que culturalmente conozco de ésta; a los tequilas, a la sopa de tortilla, a los nachos y a Frida Kahlo. Los acentos son nuestra identidad cultural! Gran articulo.

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