La salud en Francia

Como siempre me cogió el estrés. Me estrechó entre sus brazos y no me dejó ir, sin antes darme un besito de despedida y un recuerdo no muy agradable. Un dolor de estómago extraño, que no me dejaba caminar, se apoderó de mí e hizo flaquear a mi poderoso orgullo. Tuve que ir a un hospital.

Infortunadamente, la administración francesa es demasiado ineficiente: son torpes, desordenados y escuetos en todo. A veces, solo a veces, casi que extraño a la administración colombiana. Por lo tanto, mi trámite para la seguridad social aún estaba en curso y no sabía cuánto tendría que pagar por esta urgencia.

Al llegar al hospital lo hicieron en español, al darse cuenta de mi primitivo y básico francés. Me dieron pastillas para aguantar el dolor durante la espera, que no fue tanta y me atendieron pronto, pero con calma y sin prisa. Estuve en observación y al darse cuenta que los medicamentos efectivamente estaban surtiendo buen efecto, me enviaron a casa. No sin antes ordenar unos exámenes de sangre para descartar males mayores y sin recetarme un tratamiento posterior.

Los medicamentos, tratamientos médicos y atención de urgencias son sumamente accesibles en Francia. Y por lo que he podido apreciar, el personal está muy bien capacitado, Y la atención es completa y humana. En Colombia muy seguramente, no me habrían atendido. En Francia me atendieron y me cobraron muuuchos días después. La factura, luego de ser cancelada, puede ser reembolsada por cuenta de la póliza general y básica a la que tienen acceso todos los habitantes en Francia, hasta los inmigrantes como yo.

En Colombia he durado horas esperando a ser atendida por un médico caradura, que pareciera odiarme tanto como seguramente odia su propia vida. Los tratamientos son superficiales, amarrados por un presupuesto precario y absurdo que busca ahorrar costos y no promueve la mejora del paciente en lo absoluto. Aunque existen buenos médicos y personal capacitado, el sistema de libre acceso (SISBEN y EPS) no permite que se den tratamientos integrales y completos para casos inclusive tan básicos como el mío o hasta más serios. El sistema de salud en Colombia está diseñado para responder a las necesidades de personas que no se enferman. El de Francia está diseñado para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Afortunadamente para mí, todo lo que me mandaron está funcionando de maravilla, me siento mucho mejor. Ahora solo me falta pasar los exámenes para sentirme completa y aprender a relajarme, tarea que suena sencilla pero que me cuesta un montón.

Punto para Francia.

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