Hasta la vista, Colombia

Luego de mucho tiempo de estar buscando estudiar por fuera, de explorar miles de opciones y de aplicar a tres universidades, la oportunidad para salir del país y hacer una maestría en Europa llegó a mí. No de la forma exacta cómo lo imaginaba y quizás con un riesgo más alto del que cualquiera podría asumir. Sin beca, sin saber nada de francés y con una mano adelante y otra atrás. Pero... si no hago lo que siempre he soñado en este instante de mi vida, quién sabe cuando vaya a pasar.

Contrario a lo que todos sienten, la vida no es eterna. La vida tiene una duración finita y desconocida para muchos. Y la vida está hecha de sueños. Sueños que debemos volver realidad, en vida, no en nuestra imaginación o justo antes de dormir. No tiene sentido hablar y hablar de lo que se quiere lograr sin realmente llevarlo a cabo. Ni mucho menos tiene sentido creer que llevar a cabo esos sueños es gratuito. Causa y efecto, son los principales componentes de la vida diaria del ser humano.

Mi viaje en Francia ha empezado. El 3 de septiembre llegué a este país en uno de los vuelos más largos de mi vida, con mi trasero casi cóncavo de tanto estar sentada. No sabía bien que me esperaba y todavía no lo sé aún.

Hasta ahora, muchos han sido amables y me han ayudado con mi desconocimiento del francés. Pero tengo que aprender, y aprender pronto, me pueden estar viendo la cara de pendeja y uno acá solo sonriendo sin saber qué le dicen.

Odio los estereotipos de Colombia en el extranjero, pero son tan certeros e hirientes que es poco lo que puedo decir para contradecirlos. Detesto las asociaciones con Pablo Escobar, la cocaína, las barras bravas, la violencia del país, los muertos por partidos de fútbol y la corrupción política. Preferiría que me hablaran de Shakira o hasta incluso de Juanes, pero no es así. Somos mundialmente reconocidos por cosas ilegales, violentas y poco honorables, lo que eventualmente provoca cierto temor y rechazo de algunos que solo ven las noticias y no piensan más allá de los estereotipos.

Sin embargo, estoy viviendo mi sueño. Así digan lo que digan y hieran mi patriotismo fracturado.

Hasta la vista Colombia. Hay días en que te extraño tanto, que no puedo creer la falta que me haces. No esperaba que esto sucediera. Pero necesito dejarte ir por un momento y crecer lejos de ti.


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