Colombia es pasión

Si usted es uno de esos colombianos que cree que ciegamente que Colombia es pasión, 'solo' pasión, le recomiendo ya mismo que se salga de esta página y mejor vea esto. Este es un blog escrito con dolor de patria (por así decirlo) en el que voy a exponer con sinceridad los sentimientos sobre algunas de las actitudes de mis compatriotas.

Amo a Colombia. Pero desde hace un tiempo he reflexionado sobre las falencias que tenemos como seres humanos y que dan básicamente, pena ajena. No es que el resto de los pueblos del mundo sean perfectos, pero nuestro defecto es terriblemente perjudicial y juega en nuestra contra. Para ahondar en él, compartiré la siguiente anécdota.

Hace una semana, estaba hablando con un francés quien me preguntaba sobre por qué el fútbol generaba tantas pasiones en nuestro país. Yo, intenté explicarle un poco el tema de las rivalidades y de las barras bravas, pero él seguía sin entender por qué el ser de un equipo u otro no era algo que diera más para mirarse feo entre "rivales". Con pena, intenté sustentar mi argumento diciendo que algunas de esas rivalidades eran añejas y que envolvían problemáticas mayores que giraban alrededor de las pandillas y la pobreza.

Mi interlocutor seguía más que confundido y yo ya no sabía como sostener la conversación en ese momento. "Pero, si dices que el problema es entre equipos enemigos, ¿Cómo es posible que cuándo Colombia jugó en el Mundial hubo como ochenta muertos si eran del mismo equipo?", a lo que solo pude responder con un terrible y penoso silencio.

El pajazo mental de Colombia, el país más feliz del mundo tiene que acabar. ¡No somos felices! Somos violentos e intolerantes, extremos y radicales, porque acá en este país matan a una persona por robarle un celular, por defender una mascota o por no bajarle el volumen a la música. Es tan triste pero cierto y vergonzoso a la vez, porque ser colombiano es sinónimo de violencia verbal y física, que muchas veces termina en la muerte. Colombia es pasión, una pasión desenfrenada que se lleva al otro por delante con tal de tener la razón y acallar la opinión del otro.

Colombia tiene muchas cosas por mejorar, pero para ello debemos empezar a dejar de decirnos que somos felices y alegres, porque no solo vivimos de vallenato y cumbia. Por más riquezas naturales que tenemos y por más bellas que son las personas que integran este país, hay algo que estamos haciendo que disparan los índices de violencia y que impulsa a que una persona decida apretar el gatillo en una situación que perfectamente se podría resolver con una discusión amigable.

Tenemos que desde ya empezar a reflexionar sobre qué estamos haciendo en las escuelas, en los hogares, universidades y sitios de trabajo donde parece que la máxima es aplastar al prójimo en lugar de ayudarlo. El problema es que para aplastarlo, el fin justifica los medios y las consecuencias son nefastas para una de las partes. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué Colombia es pasión?


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