Lo que aprendí de la depresión

Hace ya casi dos años que regresé y al estar de nuevo en mi (no tan) adorado país, me enfrenté a una extraña sensación que no había vivido. Una extraña tristeza que parecía no querer irse y que a ratos parecía más que una "simple tristeza" o un "mal momento". Lo que me diagnosticó la terapeuta que consulté (exhortada por otros por supuesto) fue una "depresión moderada". Y si eso que yo sentía, ese desazón y desasosiego era "moderado" no quiero ni pensar cómo será para aquellos que es crónico o fuerte.

Así que luego ya de haber vivido esta etapa y aún seguir en tratamiento porque esa vaina cómo que no se va así de fácil, he tenido un poco de perspectiva. Antes de vivir esto, era difícil entender lo que era realmente estar deprimido. Y creo que no es necesario vivir nada de esto: nos falta empatía alrededor del tema y divulgación para desmitificarlo. Alrededor de la depresión existen varios estigmas que duran y perduran, pero solo hacen mucho daño. Hablaré de algunos que ya superé y que espero, usted supere solo por leer este blog que tiene menos de dos páginas vistas por mes (#Sarcasmo).

Es causada por "algo"
Si, existe un hecho detonante pero a veces son cúmulos de cosas que año tras año destrozan el alma y el autoestima. Muchas veces ese detonante único que todos esperan encontrar no existe. Y sencillamente a veces pasa: ya sea por un desbalance químico o por quien sabe qué más carajadas.

Algún día pasará, porque sí
Pues no, no sucede así. La depresión, así como un dedo roto o un cáncer terminal debe ser tratada. Ya sea en mayor o menor medida sus síntomas pueden dañarle la vida a alguien: esa persona no puede funcionar como siempre porque no sabe qué le ocurre y necesita ayuda.

Al tomar tratamiento eso ya deja de suceder
Tampoco. La depresión sigue latente en muchos casos y debe ser tratada cuando aparezca y reaparezca. Y como cualquier enfermedad crónica, la depresión debe ser tratada de por vida cuando ha sido diagnosticada como crónica. Y así no haya sido diagnosticada como crónica, quienes la han vivido están en peligro de recaer en sus síntomas: es mejor estar siempre prevenido y detectar los síntomas a tiempo para evitar peores consecuencias.

La depresión le ocurre a los "consentidos" o "débiles de carácter"
La profunda debilidad de los colombianos para hablar sobre sus emociones se traduce en un falso pragmatismo que solo lleva a ocultar emociones y a enviarlas al fondo del abismo, donde no puedan ser encontradas. Sin embargo, por más ocultos o escondidos que estén los sentimientos negativos, la depresión sigue estando ahí, latente e invisible. Muchos no se atreven a hablar por temor a ser señalados y ese estigma lo que causa es aún más depresión. Quien sufre de depresión es cualquier persona que habite el planeta Tierra: nadie está exento de este mal, ni los hiper fuertes ni los más blanditos.

Depresión equivale a egoísmo y ensimismamiento
Las personas deprimidas pierden, por así decirlo, control de sus emociones. Muchas veces el ensimismamiento, aislamiento e introversión son consecuencia de un torrente de emoción incontrolable. Quien ha estado deprimido ha sentido la profunda aversión a la humanidad. Asimismo, también ha sentido la necesidad de acercarse solo cuando necesita algo del otro. Pero este tipo de comportamientos no hablan mal de quién está deprimido: es una persona que necesita ayuda y que vive un proceso. Se requiere comprensión y empatía de parte de su entorno, no señalamientos.




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