Theo Van Gogh
El hermano
menor de Van Gogh, menos famoso que él, se llamaba Theo. A diferencia de su
hermano mayor, Theo era un hombre de familia, calmado, organizado y con una
vida bastante convencional y rutinaria. Durante su juventud, Theo encontró el
éxito en una trayectoria corporativa típica, de la mano de la famosa galería Goupil
& Cie. Fue transferido a varias de sus oficinas en Europa, por ser
evidentemente un empleado ejemplar, joven y con una carrera prometedora.
Al mismo
tiempo, su hermano menos afortunado lidiaba con la pobreza y la incomprensión
de una sociedad que estaba lejos de conocer su arte. Vincent pasó desapercibido
toda su vida, en medio de las locuras que su propio cerebro creaba y con sus
demonios a flor de piel. Su excesiva sensibilidad le trajo conflictos que lo
dañaron física y emocionalmente, pero fue su manera peculiar de apreciar el
mundo lo que hizo de él un artista destacado.
Vincent
pasó por distintas casas, manicomios y dejó de hablar con varios amigos, sin
embargo, siempre tuvo a Theo de su lado. Theo siempre creyó en su talento y por
eso financió su vida artística percibida quizás como inútil y vaga por una
sociedad industrializada que promovía más la proactividad y menos la ejecución
artística. Theo enviaba una mensualidad a Vincent, donde quiera que estuviera,
para que pudiera vivir bien. A cambio, su hermano le envió casi todas sus
obras, que Theo trató de vender pero que guardó en su mayoría.
Theo y
Vincent mantuvieron una correspondencia constante, con más de 650 cartas que
luego fueron compiladas por la viuda de Theo. Al morir Vincent, con 37 años, su
hermano menor murió de 33 tan solo 6 meses después. Enfermo de sífilis y
totalmente herido por la pena moral que le causó la ausencia de su hermano,
Theo dejó este mundo para unirse en el cielo a su eterno cómplice.
Vincent y
Theo eran bastante diferentes. Vincent era totalmente sensible, impulsivo,
artístico y expresivo. Theo en cambio, era más sosegado, racional, disciplinado
y responsable. Sin embargo, el vínculo de sangre que los unía era más fuerte y
se respaldaron el uno al otro durante toda su vida. Theo apoyó toda su vida a
Vincent, durante su difícil lucha contra la depresión. En las cartas se ve
claramente que Vincent confiaba ciegamente en su hermano y que sentía que podía
ser totalmente abierto con sus emociones. Tanta era la admiración que Theo
llamó a su hijo Vincent, en honor a su hermano, noticia que le hizo muy feliz.
Fue finalmente gracias a Theo y a las obras que él mantuvo en casa que el mundo
conoció todo el trabajo de Vincent Van Gogh, un par de años después de su
muerte.
Volví a leer esto y recordé lo mucho que me gusto!, muchas gracias hermana por tus palabras. Cuanto me alegra haber sido un apoyo para ti, pero te aseguro que tu también has sido mi Theo VanGogh, más de lo que te imaginas. Te quiero muchísimo
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