El truco final para deshacerse de un fantasma

Los nostálgicos siempre dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Y cómo no va a serlo, puesto que al recordar algo, nuestra mente es convenientemente selectiva para elegir lo más bonito y dejar de lado lo desagradable. Por eso la nostalgia es en sí misma muy triste y difícilmente se puede escapar de ella cuando no se han cerrado ciertos ciclos apropiadamente.

Recientemente me enfrenté con mi propia nostalgia, solo para darme cuenta que el pasado está atrás y que puedo mirarlo con una enorme sonrisa en mi rostro, sin lamentaciones, con orgullo y sin anhelos exagerados. Pero el desarrollar esta postura me tomó mucho tiempo. Solo cuando pude entender y digerir por qué todo pasa como pasa, comprendí que mi presente es mi mejor regalo.

No es fácil lidiar con los fantasmas. Aparecen de la nada, de la mano de una canción, un aroma, una frase, un lugar. Llegan a tu vida a destruir tu presente, a generar en ti una serie de inseguridades, potenciadas por anhelos idealizados llenos de flores y arandelas que en verdad nunca existieron. Piénsalo bien, nunca existieron. Es como ver una foto fija llena de sonrisas, ignorando por completo el contexto. Quizás no fue tan feliz como parece.

Dormir y vivir entre fantasmas no es saludable. Es de las circunstancias más deprimentes que cualquiera puede enfrentar y no es fácil sobreponerse a ello. Todo lo contrario, la gran trampa de los fantasmas es su fácil integración para que puedan explicar, de una manera acomodada, todas las desgracias recientes.

Lo peor de los fantasmas es que no son reales. Los fantasmas están basados en recuerdos idealizados, mal puestos, desorganizados, llenos de mentiras y pasados por el tiempo, con un alto grado de imprecisión. Uno siente que los fantasmas son nítidos y reales, pero en realidad son un espejismo borroso y confuso, diseñados idealmente para atormentar a quien los invoca.

Todo tiempo pasado no fue mejor. Ya pasó y no volverá a pasar de la misma manera. "Nadie se baña dos veces en el mismo río" y por eso, sé, que aunque muchos acontecimientos de mi pasado me hicieron inmensamente feliz, me concentro más bien en que lo mejor debe estar por venir. La esperanza es el mejor antídoto.




Comentarios

  1. Hola Angela que realista en lo que expresas,muy buen escrito. Te felicito, me gusta leer tus ideas.

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